En Honor a la Verdad
Eran
las 14:30 cuando voté y el presidente de la mesa unificada saltó de alegría al
decir que era el único, se corrigió, el primero
que votaba con la papeleta B.
Miré la urna y vi entre 60 a 70 votos de las mesas unificadas: 99 a 101
de la bella Scuola italiana. Otra vez
soy el único, la historieta vuelve a repetirse.
El Frente Amplio debería llamarse el Frente
de los Arayas. Cuando comenzaron su
campaña con la idea de que ahora sí que sí venían a disputar la presidencial y
darían la sorpresa, les dije que no mintieran, que no exageraran, que se
atuvieran a la Verdad. Había olvidado
que, a fin de cuentas, los políticos, como los empresarios, NO están ni ahí con
la Verdad.
La
Verdad es que fui el único que votó en la papeleta de alguien perteneciente a
uno de los partidos del maldito hijo de puta Frente Amplio y sólo lo hice para
ser coherente conmigo mismo y mi inercia en el PH hipoalergénico. Además, mi depresión me incita a cometer
actos estúpidos.
Cuando
oí que se habían autoproclamado “Frente”, esa antigua nomenclatura política que
tuvo sus días de gloria con Don Tinto, del cual mi abuelo decía que lo habían
envenenado con el vino, sólo me hizo recordar aquella inmortal idea de Carlitos
Marx: “Primero como Tragedia, luego como farsa”.
¿Saben
por qué estoy deprimido de muerte terminal?
Porque
ya no aguanto estar preso en esta farsa de nación, en esta ficción mediática de
sociedad donde nada es real, nada es serio, todo es un maldito simulacro, una
mera mantención de las apariencias. Tal
falsificación de la vida es inútil e insostenible en el largo plazo. Eso me recordó la frase de otro destacado
economista mixto, Keynes: En el largo plazo estamos todos muertos. El abrupto descenso en la tasa de fertilidad
y la consiguiente tendencia a invertir la pirámide poblacional (más ancianos
que niños) son la consecuencia directa de ello. Como correlato está el aumento de la
depresión como enfermedad invalidante.
Lo gracioso es que NO lo digo yo, sino la OMS.
De
ahí que yo esté deprimido es tan sólo otra gota de la lluvia que ahogará a esta
ficción de país.
Conclusión:
Me desafiliaré del PH hipoalergénico, para poder votar en la papeleta más
grande. Es más importante influir,
aunque sea sutilmente, en el bando ganador a ser decisivo en el bando
perdedor. La Verdad es inversa al
refrán popular que dice: Prefiero ser la cabeza de un ratón al pelo de la cola
del un león. Los millones de migrantes
lo corroboran: prefieren morir en el camino a ser los limpia guáters de los
países centrales, a permanecer en sus Estados fracasados.
La
Vida es binaria: Triunfar o perder es todo.
Chile hace tiempo que se perdió.
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